Hoy quiero empezar este año el día que me dé la gana y tener más deseos, propósitos o como quieras llamarle, que las doce uvas que metimos obligadas en las copas que adornaban la mesa de la cena del último día del año.
Hoy quiero empezar con un ojalá tan grande que no quepan virus, ni pandemias, ni cosas que nos obliguen a encerrarnos en contra de nuestra voluntad.
Así que ojalá y leas esto con la taza llena de café, del bueno, de ese que en cada sorbo detiene el tiempo.
Ojalá que este año te atrevas a sentir. A sentirlo todo y no sólo eso, sino que, además, te atrevas a decir lo que sientes en el momento que sea, sin importar el lugar, la posición o la persona. Y es que así, cada vez te sentirás un poco más libre.
Ojalá este año hagas todo eso que has querido hacer. Que dejes de poner como excusa ese demasiado tarde, que no te ha dejado abrir los ojos a tiempo. Sin tardes, ni temprano. Sólo a tiempo.
Ojalá que digas más veces te quiero, te extraño, estoy afuera.
Ojalá te despidas poco, pero si lo haces, que lo hagas mejor.
Ojalá ninguna circunstancia te obligue a nada y que todo lo hagas con intención.
Ojalá que las arrugas de la cara sean por las risas que vas juntando y que las lágrimas tengas siempre con quien sacarlas.
Ojalá la salud no se quede en buenos deseos y la riqueza la encuentres cuando decidas ver quién está contigo, quién siempre ha estado y quién, por ningún motivo se irá de tu lado.
Ojalá dejes de pensar en superarte como una obligación existencial que pretende darle sentido a tu vida y prefieras, por encima de todas las cosas, la satisfacción propia. La paz mental.
Ojalá cada vez seas más tú.
Ojalá tengas más citas contigo y te reproches menos los momentos de descanso que te das.
Ojalá encuentres algo que te apasione, que haga que los ojos te brillen, que cada lunes se sienta como viernes. Ojalá encuentres algo que no quieras dejar jamás y que incluso, te cueste trabajo llamarlo así.
Ojalá este año extrañes menos y abraces más. Duermas menos, siempre y cuando sea para besar más. Ah, y eso sí, ojalá este año sueñes tanto como nadie pueda imaginarlo.
Ojalá este año te equivoques lo más que puedas. Que es la única forma de saber que lo has intentado distinto.
Ojalá este año sí, a todo.
Y sólo por hacer la lista finita, ojalá este año termine con más anécdotas que ojalás.